sábado, 21 de diciembre de 2013

Sol Picó en A Coruña

Cristina Lata. A Coruña

Valentí Rocamora durante el espectáculo en A Coruña
Foto: Fernando de Valenzuela Bandín 

La Cía Sol Picó nos presentó el pasado viernes en el Teatro Rosalía de Castro de A Coruña, su pieza Memorias de una pulga, un espectáculo "bomba" en forma de ácida crítica, en el que se pone patas arriba, a veces de forma algo abstracta y otras de forma absurda, la escala de valores de la sociedad actual decadente, con una necesidad latente de modificar sus prioridades.

Carlos Fernández, Valentí Rocamora y Sol Picó

La pieza da comienzo con un pasaje en el que los bailarines repiten una secuencia agarrados de las manos, que evoca a las danzas folclóricas escocesas y a la vez que recuerda, a nivel de fraseo coreográfico, al pas de quatre de los pequeños cisnes (Les Cignets) del segundo acto del Lago de los Cisnes.

Carlos Fernández, Valentí Rocamora y Sol Picó

En todo momento la pieza pide a gritos una reflexión acerca de la sociedad, conectándonos con una realidad actual convulsa en la que vivimos, "vista como un huracán que no nos permite avanzar", acentuando la pequeñez del ser humano, que viaja caóticamente "a la deriva" como "un mensaje en una botella", con la esperanza de llegar a buen puerto o de que alguien lo encuentre.

Valentí Rocamora, Sol Picó y Carlos Fernández

El escenario deja al descubierto la caja negra del teatro, sin telón de fondo, ni bambalinas, ambientando una estampa callejera decadente, oscura, con andamios, bidones, ruedas y latas.

Carlos Fernández, Sol Picó y Valentí Rocamora

La laureada coreógrafa y bailarina alcoyana, Sol Picó, sube en esta ocasión a escena con Valentí Rocamora i Torà y Carlos Fernández Fuentes, pisando el linóleo con fuerza arrolladora y energía imparable, ofreciéndonos un espectáculo dinámico, con pizcas teatrales absurdas e irónicas, en el que el ritmo va in crescendo, de menos a más.

Sol Picó y Carlos Fernández

La creadora Sol Picó nos guía con su pieza a través de un variado collage musical, que va desde melodías del cine como Somewhere over the rainbow, con la que da comienzo el espectáculo, pasando por fragmentos del Lago de los Cisnes, hasta llegar al más puro estilo electrónico, con grupos como Prodigy.

Valentí Rocamora y Sol Picó

Una vez se apaga la luz de escena y dan comienzo los aplausos, el espectador siente más palpable la realidad actual, necesitada de grandes cambios, que nos hagan huir de esta estampa asfixiante en la que nos encontramos. Memorias de una pulga nos invita a que permanezcamos ávidos de cuestionarnos el mundo en el que vivimos.

Carlos Fernández y Sol Picó

Nuevamente un espectáculo de danza de calidad, unido a un patio de butacas tristemente vacío, como viene siendo habitual en este tipo de propuestas escénicas. ¿Qué está ocurriendo con el aficionado a la danza gallego?.

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