Bailarina: Iris Abuín. Foto de archivo
Foto: Fernando de Valenzuela
El 29 de abril fue establecido como el Día Internacional de la Danza (DID) por el Comité Internacional de la Danza en 1982, coincidiendo con el nacimiento de Jean-George Noverre, considerado uno de los precursores del ballet moderno.
Actos conmemorativos y reivindicativos inundan las calles y los teatros de todas las ciudades del mundo, desde los que el colectivo de la danza aúna fuerzas para celebrar a voz en grito su gran día.
Bailarines: Belén Otero, Carla Fernández, Iván Villar,
Irma López de Gamarra y Ariadna Vázquez (Cdan Lugo)
Foto de archivo
Foto: Fernando de Valenzuela
Cada año, una personalidad importante del mundo de la danza es encargada de escribir el mensaje del DID, que se lee en todos los actos conmemorativos a nivel mundial. Este año ha sido escrito por el bailarín y coreógrafo francés Mourad Merzouki y dice los siguiente:
"Todo artista tiene el orgullo de su arte. Todo artista defenderá siempre el arte cuyo contacto le ha estremecido. A causa de lo que ha buscado y perdido, y a causa de lo que desea intensamente compartir.
Es el eco de una voz, la escritura encontrada, la interpretación de un texto que ofrece a la humanidad, la música sin la cual el universo deja de hablarnos, el movimiento que abre las puertas a la gracia. Yo tengo por la danza el orgullo del bailarín y del coreógrafo, pero también un profundo agradecimiento. Ha sido mi oportunidad. Se ha convertido en mi ética por la nobleza de su disciplina. A través de ella descubro el mundo cada día.
Íntimamente mía, me anima cada día con la energía y la generosidad que le son propias. Su poesía me tranquiliza. ¿Puedo decir que yo existiría sin la danza? ¿Sin la capacidad que me dio para expresarme? ¿Sin la confianza que he encontrado para superar los temores, para escapar de las rutas sin salida?
Sumergido gracias a ella en la belleza y en la complejidad del mundo, me hice ciudadano, ciudadano singular reinventando los códigos a lo largo de los encuentros, fiel a los valores de la cultura hip hop que transforma la energía negativa en fuerza positiva.
Vivo la danza día a día como un honor. Pero vivo este honor preocupado. Constato la pérdida de puntos de referencia, la imposibilidad para imaginar su futuro por parte de los jóvenes procedentes de barrios humildes que han crecido en la frustración y la tensión. Soy como uno de ellos, todos somos como ellos. Me siento animado, quizás más que otros, a dar ejemplo para ayudarles a repetir la vida.
¿No se enrique la sociedad con la riqueza de cada uno de nosotros?
La Cultura une más que cualquier discurso. Tened valor, asumid riesgos, a pesar de los obstáculos y el odio a los que sin duda os enfrentaréis la belleza del mundo siempre estará a vuestro lado, como la danza lo ha estado para mí. Con su fuerza singular que hace desaparecer las distinciones sociales, aquellas ligadas a nuestros orígenes, para dejar únicamente el movimiento de los cuerpos en su más simple humanidad, seres humanos devueltos a su expresión más simple, singular y común.
Finalizo citando las palabras de René Char que me recuerdan cada día que no debemos dejar que nadie nos encierre en un rol ya escrito:
'Impón tu suerte, aférrate a tu felicidad y ve hacia tu riesgo. Al mirarte, se acostumbrarán'.
¡Intentadlo, equivocaos y comenzad de nuevo, pero sobre todo bailad, no dejéis jamás de bailar!"
Mourad Merzouki
Es el eco de una voz, la escritura encontrada, la interpretación de un texto que ofrece a la humanidad, la música sin la cual el universo deja de hablarnos, el movimiento que abre las puertas a la gracia. Yo tengo por la danza el orgullo del bailarín y del coreógrafo, pero también un profundo agradecimiento. Ha sido mi oportunidad. Se ha convertido en mi ética por la nobleza de su disciplina. A través de ella descubro el mundo cada día.
Íntimamente mía, me anima cada día con la energía y la generosidad que le son propias. Su poesía me tranquiliza. ¿Puedo decir que yo existiría sin la danza? ¿Sin la capacidad que me dio para expresarme? ¿Sin la confianza que he encontrado para superar los temores, para escapar de las rutas sin salida?
Sumergido gracias a ella en la belleza y en la complejidad del mundo, me hice ciudadano, ciudadano singular reinventando los códigos a lo largo de los encuentros, fiel a los valores de la cultura hip hop que transforma la energía negativa en fuerza positiva.
Vivo la danza día a día como un honor. Pero vivo este honor preocupado. Constato la pérdida de puntos de referencia, la imposibilidad para imaginar su futuro por parte de los jóvenes procedentes de barrios humildes que han crecido en la frustración y la tensión. Soy como uno de ellos, todos somos como ellos. Me siento animado, quizás más que otros, a dar ejemplo para ayudarles a repetir la vida.
¿No se enrique la sociedad con la riqueza de cada uno de nosotros?
La Cultura une más que cualquier discurso. Tened valor, asumid riesgos, a pesar de los obstáculos y el odio a los que sin duda os enfrentaréis la belleza del mundo siempre estará a vuestro lado, como la danza lo ha estado para mí. Con su fuerza singular que hace desaparecer las distinciones sociales, aquellas ligadas a nuestros orígenes, para dejar únicamente el movimiento de los cuerpos en su más simple humanidad, seres humanos devueltos a su expresión más simple, singular y común.
Finalizo citando las palabras de René Char que me recuerdan cada día que no debemos dejar que nadie nos encierre en un rol ya escrito:
'Impón tu suerte, aférrate a tu felicidad y ve hacia tu riesgo. Al mirarte, se acostumbrarán'.
¡Intentadlo, equivocaos y comenzad de nuevo, pero sobre todo bailad, no dejéis jamás de bailar!"
Mourad Merzouki
Traducción de Leonardo Santos Suárez
Fuente: Danza.es


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