A Coruña. Cristina Lata
Yuka Iseda y Edgar Chan interpretando el Corsario en el Teatro Colón
Foto: Fernando de Valenzuela
El Ballet de Carmen Roche (BCR) presentó al público gallego Timeless, un espectáculo variado a modo de recorrido histórico, en forma de pequeñas píldoras de distintas piezas que abarcan desde el repertorio clásico hasta propuestas coreográficas creadas de forma reciente para la propia compañía.
El resultado del collage coreográfico que nos trae la compañía madrileña nos da muestra del sello de calidad técnico y artístico del BCR, palpable desde la apertura del telón. El espectáculo es dinámico, fresco y entretenido, que se nos presenta con un escenario completamente desnudo, desprovisto de atrezzo y de efectos lumínicos.
Cada obra es introducida con material audiovisual, en el que se recogen imágenes de los ensayos de la producción. La directora de la compañía y algunos de sus creadores, como Nacho Duato y Jordi Vilaseca, contextualizan las coreografías, hablando del proceso creativo y comentando algunas anécdotas. Estos intermedios hacen una doble función, ya que sirven como información al espectador y, al mismo tiempo, de aliento para los cuatro bailarines que interpretan todo el programa.
Yuka Iseda y Edgar Chan interpretando el Corsario en el Teatro Colón
Foto: Fernando de Valenzuela
Nacho Duato nos explica en la introducción de Without words las ganas que tenía de que los bailarines del BCR interpretasen una pieza suya. El original de la música de esta obra es de Schubert y se interpreta con piano y voz, aunque en esta ocasión Duato selecciona una versión sin letra y, de ahí viene el título without words. El ballet original fue creado para ocho bailarines del American Ballet Theatre, pero en esta ocasión nos presentan una reducción, adaptada para cuatro intérpretes. Como es habitual en las creaciones del autor valenciano, la pieza carece de argumento y en ella podemos ver la importancia que el le da a la calidad del trabajo que se está representando, bien ejecutado y con una sólida base técnica.
La siguiente pieza es el conocido Pas de Deux del tercer acto de La Bella Durmiente, de Marius Petipa, fragmento que tiene lugar cuando la princesa Aurora y el príncipe Desiré se casan. Esta pieza se adapta muy bien a la técnica de ambos bailarines y a la personalidad artística de Yuka Iseda, en el papel de Aurora, que se muestra grácil, jovial y elegante en todo momento, sin descuidar la técnica.
Yuka Iseda interpretando el Corsario en el Teatro Colón
Foto: Fernando de Valenzuela
Cierra el programa Espacio incierto, la propuesta del joven creador catalán Jordi Vilaseca, quien en la introducción de la pieza nos explica el reto que supuso para los cuatro bailarines trabajar en un lenguaje más contemporáneo, ya que todos poseen una sólida formación principalmente clásica.
Al finalizar la función, el elenco recibió una gran ovación por parte del público coruñés, que fue en aumento al subir al escenario la directora de la compañía.
Yuka Iseda y Edgar Chan interpretando el Corsario en el Teatro Colón
Foto: Fernando de Valenzuela
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