sábado, 29 de noviembre de 2014

Timo ruso

A Coruña. Diana Richero
Bajo el título de “Ballet Ruso” han llegado a Coruña unos cuantos, aunque no todos, ballets que lamentablemente no hacían mucho honor a dicho título. A pesar de ello y de saber de antemano que en este caso tenían la difícil y ambiciosa tarea de fusionar dos disciplinas en un mismo escenario (ballet y patinaje artístico), esperaba que me sorprendieran gratamente. Debo confesar que si me sorprendieron, pero no gratamente.


Para la fusión de las dos disciplinas dividieron el escenario en dos zonas, la del fondo y más amplia, aunque no lo suficiente para el despliegue necesario, con el suelo especial para el patinaje artístico y la delantera y muy escueta para los bailarines de ballet. Esto provocó durante toda la obra, que los bailarines se vieran acotados a un espacio tan mínimo y poco profundo, que mas allá de las cualidades técnicas de cada uno, la coreografía carecía de profundidad y se veía plana, todos los pasos se hacían comedidos y los saltos y giros contenidos.  Otro tanto pasaba en la zona de patín que aunque la mayor parte del tiempo no se hacían grandes desarrollos coreográficos, cuando se hacían se veía claramente que iban al límite del espacio.


En cuanto a la original idea de fusionar estas dos disciplinas en el escenario, si el resultado hubiera sido bueno, pues genial, pero no solo no viene a cuento sino que por momentos se reduce a tener una replica del cuerpo de baile detrás de este haciendo algo parecido, aunque no lo mismo en patines. En otros momentos el cuerpo de baile de patinaje tiene su propia coreografía al margen de la coreografía de los bailarines por lo que parece que estamos viendo dos espectáculos distintos al mismo tiempo.


En los momentos en que se le cede el protagonismo absoluto al patinaje, el cuerpo de baile de patinadoras evidencian ser muy amateurs, aún siendo muy sencillos los movimientos requeridos, hay fallos en la coreografía, van algunas a destiempo, olvidos, etc. Cuando es el momento de las parejas patinadoras solistas, los portés carecen de limpieza y van poco ligados a la danza, de forma que parecen acrobacias simplemente. En cuanto a las acrobacias, hay un momento de malabares con un cubo gigante hecho con barras de aluminio, que sigo sin entender.


Evidentemente la versión del Cascanueces en estas condiciones estaba condenada a ser una versión muy libre, pero es que además fue muy sencilla coreográficamente hablando. El número de bailarines era muy escaso para las necesidades del ballet, aunque se utilizara a los patinadores como cuerpo de baile.


A pesar de la coreografía sin complicaciones técnicas se notaba claramente que las bailarinas del cuerpo de baile eran amateurs, en la limpieza de los pasos, la colocación de los pies, el movimiento de los brazos, hasta en la forma de caminar sobre el escenario. Las dos solistas si tenían mayor nivel y cumplieron satisfactoriamente con la  pobre exigencia técnica y la expresividad de sus movimientos.  En cuanto a los bailarines chicos tampoco eran de un gran nivel técnico. La pareja principal pudo lucirse al final en el paso a dos, donde sobre todo ella pudo demostrar sus cualidades técnicas, su aplomo y seguridad, su partenaire aunque con menos condiciones físicas y técnicas, supo estar a la altura para que fuera el mejor momento del espectáculo. Llegados a este punto, cabe destacar que nada que ver tienen los bailarines y patinadores que figuran en el vídeo promocional del espectáculo con el elenco que se pudo ver en A Coruña.


Si la función hubiera acabado allí por lo menos me hubiera quedado con esta última imagen. Sin embargo vuelve a tomar protagonismo el patinaje artístico haciendo alarde de pruebas acrobáticas, se introduce una comba en el escenario que comienzan a hacer girar dos patinadores cual patio de colegio y los patinadores entran y saltan en la comba, demostrando así su supuesta destreza en patines. No dudo de la dificultad de saltar con patines, dudo de la relevancia artística dentro de la obra.

El espectáculo termina y me quedo pensando si Coruña no merece espectáculos de mayor nivel, y que seguramente haya espectáculos de danza nacionales profesionales 100%, que por no llevar por título “Ballet Ruso” no tienen la misma capacidad de convocatoria. También lamento y me parece muy injusto que los grandes y verdaderos Ballets Rusos pierdan prestigio en Coruña por culpa de espectáculos como éste.



Galería de fotos del espectáculo de a Coruña.

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