A Coruña. Cristina Lata
Salón Otto se nos presenta con un escenario completamente desnudo, en el que tan solo vemos una mesa de madera y sillas, por lo que la acción podemos imaginarla en cualquier sitio en el que dos personas esperan, mientras otra ajena observa.
Se trata de una pieza que nos muestra un mundo complicado, con inquietudes, del que podemos elegir si miramos la montaña desde abajo o miramos el mundo desde la montaña. He aquí el dilema y la invitación a la reflexión paciente que se nos plantea en Salón Otto.
Como viene siendo habitual en los espectáculos del TRC Danza, al finalizar la función de A Coruña los artistas hicieron un pequeño coloquio con los asistentes. En él hablaron sobre el proceso de creación de la obra, que partió de un pequeño proyecto escrito, al que posteriormente le dieron forma trabajando los tres de manera conjunta en el estudio. Este proceso fue lento y se basó inicialmente en la obra de John Berger y en a través de él pretenden recrear un lugar para el sosiego y el refugio.
La pieza se hace corta y deja al escasísimo público con ganas de más. Nuevamente el patio de butacas del Teatro Rosalía estaba prácticamente vacío, pese a que la propuesta de la compañía andaluza era atractiva para el colectivo de danza coruñés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario