Hoogerman en Lisboa

Lisboa. Cristina Lata

El pasado 5 de diciembre nos adentramos en el imaginario del artista visual surrealista Han Hoogerbrugge de la mano de la compañía de danza afincada en Cataluña Erre que Erre, a través del espectáculo Hoogerman, presentado dentro del Festival Internacional InShadow, celebrado en el Teatro Municipal São Luiz de Lisboa.

Foto: Fernando de Valenzuela

Mario G. Sáez, intérprete y coreógrafo de Hoogerman, nos muestra una obra minimalista a nivel formal y coreográfico, interpretada con gran elegancia y madurez. La pieza va in crescendo en un discurso solitario que se mueve en la dicotomía entre la agitación y la calma. Hoogerman es un reflejo del ser humano, de sus rarezas, sus angustias, sus manías y sus miedos.

Foto: Fernando de Valenzuela

El espectáculo tiene lugar en la caja escénica prácticamente desnuda, en la que como único atrezzo vemos una silla y una lámpara. La obra en general es bastante oscura, aunque sobresale su interesante propuesta lumínica, que por momentos cobra un gran protagonismo, principalmente en la traca final en la que la pieza sube de intensidad, las luces parpadean y tanto el bailarín como el público llegan a una sensación de agitación.

Foto: Fernando de Valenzuela

La música es electrónica y, al igual que el resto de los complementos de la obra, está cargada de fuertes contrastes, que van desde lo más estruendoso al silencio absoluto. La música va en aumento de intensidad, provocando por momentos inquietud y angustia a la platea.

      

Foto: Fernando de Valenzuela

Erre que Erre también expuso durante este festival varias creaciones de vídeo danza, grabadas en formato panorámico inmersivo de 360º. En ellas el espectador es libre para mover la imagen, con el ratón o con una tablet, y elegir hacia donde quiere enfocar su mirada para seguir la coreografía, haciéndolo partícipe de la misma. El proyecto se llama Muvers y, según nos comentó la compañía, aún se encuentra en fase incipiente. Poco a poco pretenden ir introduciendo este formato de vídeo en el mundo de la danza.

Foto: Fernando de Valenzuela

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