jueves, 11 de diciembre de 2014

Quebra Nozes de la Companhia Nacional de Bailado

 Lisboa. Cristina Lata
 
 Teatro Camões de Lisboa al terminar la función del 7 de diciembre.

Fernando Duarte y André e. Teodósio nos presentan un Quebra Nozes desenfadado y alocado por momentos, con una plástica muy vanguardista y una propuesta coreográfica rompedora, dentro de un registro bastante contemporáneo, que se sustenta en la sólida técnica clásica de la Companhia Nacional de Bailado. Esta versión respeta el esqueleto del ballet, según la partitura de Tchaikovsky, aunque innova radicalmente tanto estética como coreográficamente. Skates, patines, smartphones y un desfile de personajes con un look de lo más moderno son la carta de presentación del ballet, en el que se van sucediendo un sinfín de situaciones al mismo tiempo.

Imagen del primer acto
Foto: Rodrigo de Souza

Uno de los puntos fuertes de este Quebra Nozes es el diseño colorista de la escenografía y del vestuario, de João Pedro Vale e Nuno Alexandre Ferreira, que nos plantean un primer acto muy familiar, en el que vemos una estampa familiar navideña, con una casa en un árbol al fondo. La segunda parte es mágica y está llena de color. En ella las marcas de golosinas y chocolatinas invaden el telón de fondo. El tercer cambio de decorado es el más rompedor y da paso al mundo "QN", poblado de abejas, con el mensaje "let it bee", en el que se sucede toda la parte final del ballet.

Peggy Konik en la danza española del 2º acto
Foto: Rodrigo de Souza

En esta obra se introducen personajes nuevos, como es el caso Luisa, la hermana de Clara y Fritz, así como también una tía muy alocada y estridente, que continuamente hace fotos con su móvil o la reina de los ratones, un personaje fuerte, fogoso y con cierto punto cómico, que recuerda a la la súper heroína la mujer maravilla.

Margarida Pimenta interpretando el papel de tía.
Foto: Rodrigo de Souza

Los papeles de Drosselmeyer y de Fritz, a diferencia de en otras versiones, no son meramente pantomímicos, sino que tiene un peso dancístico importante en el conjunto de la obra. Drosselmeyer en la historia que nos plantea la compañía portuguesa es un personaje más jovial que en otras ocasiones y está magníficamente interpretado por el joven bailarín Mario Bioca. Fritz, el hermano rebelde de Clara, aparece con un look moderno y desenfadado, con gorra y camiseta deportiva. Este rol es interpretado por el joven bailarín portugués Miguel Ramalho, quien ejecuta con ligereza, agilidad y seguridad cada uno de sus movimientos, dentro de una línea de movimiento muy orgánica.

Los ratones son un claro homenaje a Mickey Mouse y la Reina de los Ratones está presente durante casi toda la obra. Destaca el protagonismo que cobran las abejas en la parte final del ballet, con la hermana de Clara, Luisa (María Santos), como personaje solista.

Resulta curioso que en el pas de deux final de la obra las dos parejas de bailarines principales, es decir Clara (Solange Melo) con Cascanueces  (Dominic Whitbrook) y el Hada de Azúcar (Filipa de Castro) con el Príncipe (Carlos Pinillos) intervienen de forma conjunta, bailando el adagio los cuatro, la primera variación los dos bailarines y la segunda las dos bailarinas. Finalmente la coda la ejecutan con aplomo y limpieza técnica Filipa de Castro y Carlos Pinillos.

Solange Melo en el papel de María Clara
Foto: Rodrigo de Souza

Como pequeño punto negativo cabe reseñar que cuando entra Drosselmeyer, los invitados se sientan a ver una proyección, mientras el público de la sala observa a los bailarines ejecutar los mismos pasajes que están en el vídeo. La imagen estaba algo desincronizada con los bailarines, distrayendo la atención del espectador.

Se trata de una pieza redonda ejecutada con muy buena técnica y creada con una plástica muy cuidada. El pasado 5 de diciembre la compañía portuguesa estrenó esta obra en el Teatro Camoes de Lisboa y se mantendrá en cartel hasta el 21 de este mes.

 Teatro Camões de Lisboa antes de empezar la función del 7 de diciembre.

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